Este pendiente de plata de ley 925, bellamente esculpido, es una verdadera obra de arte inspirada en el quetzal, un ave emblemática de América Central. La plata esterlina, con su pureza del 92,5%, ofrece un brillo y una durabilidad excepcionales, resaltando cada detalle de este diseño refinado.
El quetzal, símbolo de libertad y belleza, se representa con sus largas plumas, capturando la esencia de su elegancia y gracia. Cada detalle delicadamente grabadas revelan una habilidad artesanal notable, con cada línea y curva trabajadas cuidadosamente para reflejar la luz de manera cautivadora.