Es un mineral raro, de formación secundaria y se encuentra principalmente en regiones desérticas. La turquesa se encuentra entre las primeras gemas en ser extraída, y aunque muchos sitios históricos han sido mermados, algunos se encuentran en funcionamiento hasta la actualidad. Estos son todos a pequeña escala, generalmente operan temporalmente debido a la lejanía de los yacimientos entre otras razones.
El brillo de la turquesa es ceroso a casi vítreo, y generalmente es opaca. El color es tan variable como el resto de sus propiedades, abarcando desde el blanco hasta el azul oscuro y el azul cielo, y desde el azul-verdoso hasta el verde-amarillento. El color azul es atribuido a cobre, mientras que el verde puede ser el resultado de impurezas de hierro o la deshidratación.