El saurópodo Rebbachisaurus garasbae, un gigante del Cretácico hallado en África, es notable por sus vértebras con espinas dorsales altas y su cuello largo. Esta característica le permitía acceder a hojas y ramas en la vegetación elevada, siendo un herbívoro adaptado a terrenos abiertos. Sus restos fósiles, descubiertos en Marruecos, ayudan a entender la diversidad de los saurópodos en el hemisferio sur. Su gran tamaño y constitución robusta sugieren que estaba bien adaptado para soportar el peso de su cuerpo mientras se desplazaba lentamente en busca de alimento.

El pterosaurio Coloborhynchus moroccensis vivió durante el período Cretácico en áreas costeras que hoy pertenecen a Marruecos. Este reptil volador poseía un hocico ancho y dientes cónicos adaptados para la captura de peces, que formaban parte fundamental de su dieta. Con una amplia envergadura, Coloborhynchus moroccensis estaba bien adaptado al planeo y la caza en zonas de agua superficial. Su fósil aporta valiosa información sobre la biodiversidad de pterosaurios piscívoros y su especialización en ambientes acuáticos. La forma de su cráneo y dentición permite identificarlo fácilmente entre otros pterosaurios.

Coloborhynchus moroccensis fue un pterosaurio del Cretácico que habitó en lo que hoy es Marruecos y se alimentaba principalmente de peces. Su cráneo amplio y su dentición cónica lo hacían un cazador eficaz en ambientes marinos, capturando presas en pleno vuelo. Con una envergadura de alas significativa, este pterosaurio tenía una estructura esquelética ligera, ideal para planear sobre las aguas. Sus fósiles, hallados en África, han permitido a los paleontólogos comprender mejor la diversidad de pterosaurios en ambientes costeros. Su forma única de dientes indica una adaptación especializada para sostener a sus presas acuáticas.

Este dinosaurio, conocido como Spinosaurio, habitó áreas acuáticas y pantanosas hace aproximadamente 100 millones de años. Su cuerpo contaba con una vela dorsal que posiblemente usaba para regular su temperatura o para impresionar a otros miembros de su especie. La forma de su cráneo, parecido al de un cocodrilo, le permitía capturar peces con facilidad. Los estudios fósiles sugieren una dieta carnívora especializada en presas acuáticas.

El Spinosaurio fue un gran dinosaurio terópodo del período Cretácico, conocido por su distintiva vela dorsal y su hocico largo y estrecho. Vivió en zonas húmedas y fluviales, donde su dieta incluía peces y otros animales acuáticos. Su estructura esquelética sugiere que podía nadar y cazar en el agua, una adaptación única entre los dinosaurios. Los fósiles indican que poseía dientes cónicos, similares a los de los cocodrilos actuales.

Los dromeosaurios, comúnmente conocidos como raptores, fueron un grupo de dinosaurios depredadores de pequeño a mediano tamaño, que vivieron principalmente durante el Cretácico. Su característica más destacada era una garra en forma de hoz en el segundo dedo, empleada para capturar y sostener a sus presas. Se presume que tenían plumas, lo que apoya la relación entre los dinosaurios y las aves actuales. Esta adaptación les permitió tener una gran ventaja en la caza.

El dromeosaurio Raptor fue un dinosaurio terópodo del período Cretácico, reconocido por su velocidad y agilidad en la caza. Estos depredadores bípedos tenían una garra curva en el segundo dedo de cada pata trasera, que utilizaban para desgarrar a sus presas. Su estructura ligera y sus potentes extremidades le permitían cazar en grupo, posiblemente en estrategias cooperativas. Los restos fósiles se han encontrado en varios continentes, lo que sugiere una amplia distribución.

El megalodón, con el nombre científico Otodus megalodon, poseía un tamaño y fuerza excepcionales que le permitían estar en la cima de la cadena alimentaria en los mares prehistóricos.

La especie Otodus megalodon es uno de los mayores tiburones fósiles jamás encontrados, con dientes que indican que era un superdepredador, probablemente alimentándose de grandes vertebrados marinos.

Este tiburón prehistórico, conocido como Otodus megalodon, tenía un tamaño colosal que lo hacía un temible cazador en los océanos del Mioceno, con dientes que son hallados en muchas partes del mundo.

Otodus megalodon es una especie extinta de tiburón macropredador que se estima alcanzaba longitudes de hasta 18 metros, lo que lo sitúa como uno de los peces más grandes en la historia del océano.

Otodus megalodon, el tiburón más grande conocido hasta la fecha, es famoso por sus enormes dientes triangulares y su capacidad para cazar ballenas y otros grandes mamíferos marinos.

Otodus megalodon es una especie extinta de tiburón macropredador que se estima alcanzaba longitudes de hasta 18 metros, lo que lo sitúa como uno de los peces más grandes en la historia del océano.

El megalodón, cuyo nombre científico es Otodus megalodon, fue un tiburón prehistórico de enormes proporciones, caracterizado por dientes grandes y serrados que indican una dieta carnívora especializada en grandes presas.

Otodus megalodon fue un tiburón gigante que vivió hace aproximadamente entre 23 y 3.6 millones de años, en la era del Mioceno y el Plioceno, siendo uno de los mayores depredadores marinos que jamás haya existido.

El cuarzo dendrítico es una piedra compuesta de SiO₂, caracterizada por inclusiones minerales en forma de dendritas que recuerdan a pequeños árboles o raíces. Estos patrones son creados por óxidos de manganeso, lo que le da al cuarzo un aspecto distintivo que lo hace popular en joyería y coleccionismo.

El cuarzo con inclusiones dendríticas presenta patrones similares a helechos, formados por depósitos minerales como el óxido de manganeso. Este cuarzo está compuesto de SiO₂, y estos patrones distintivos le dan un aspecto estético notable y natural.

El cuarzo dendrítico es un cuarzo que contiene inclusiones arborescentes, debido a los óxidos de manganeso, creando formas que recuerdan a plantas o raíces. Esta piedra preciosa, hecha de dióxido de silicio, es buscada por su belleza única y sus dibujos naturales.

El cuarzo dendrítico es una forma de cuarzo transparente con patrones complejos, similares a ramas, creados por inclusiones de manganeso y, a veces, de hierro. Este mineral está compuesto de SiO₂ y presenta dibujos naturales que parecen pequeñas obras de arte en el interior de la piedra.

El cuarzo con dendritas es una variedad de cuarzo caracterizada por inclusiones ramificadas, similares a pequeñas ramas o hojas, creadas por depósitos de óxido de manganeso o hierro. Este mineral, compuesto de dióxido de silicio (SiO₂), presenta patrones naturales distintivos, que recuerdan paisajes en miniatura o árboles.