El ágata es una variedad de calcedonia, que a su vez es una forma de dióxido de silicio (SiO2), el principal constituyente del cuarzo. Este mineral se forma en cavidades rocosas, especialmente en rocas volcánicas, por precipitación a partir de soluciones ricas en sílice. El ágata se caracteriza por su estructura en bandas concéntricas o en capas paralelas, conocidas como ágatas concéntricas o ágatas ónix, respectivamente. Estas bandas se forman cuando la sílice se deposita lentamente en la cavidad, a menudo en reacción con soluciones hidrotermales ricas en minerales.

El ágata de Madagascar es una variedad de cuarzo microcristalino que se caracteriza por su apariencia bandada y sus diferentes colores y patrones. Es una de las formas más comunes y populares de cuarzo.

El ágata se encuentra en una amplia variedad de colores, desde tonos translúcidos y suaves hasta colores intensos y vibrantes. También puede presentar patrones y bandas distintivos.

Tsavorita es una piedra preciosa verde que pertenece a la familia de los granates. Se destaca por su color verde intenso y vibrante, a menudo similar al color de la hierba fresca o las hojas. El nombre "Tsavorita" proviene del Parque Nacional Tsavo en Kenia, donde se descubrió por primera vez esta piedra preciosa a finales de la década de 1960.

La Tsavorita es un tipo de granate grossularia, y su color se atribuye a la presencia de vanadio y cromo en su composición. 

La cornalina es una variedad de calcedonia, una forma de cuarzo, que se distingue por su color rojo a naranja translúcido u opaco. Esta piedra semipreciosa recibe su nombre debido a su similitud con el color de la cornalina, una variedad de calcedonia rojo anaranjado. La cornalina ha sido apreciada desde la antigüedad por su belleza, dureza y propiedades esotéricas.

Mineralógicamente, la cornalina está compuesta principalmente por dióxido de silicio (SiO2) con trazas de óxidos metálicos que le dan su característico tono. Su color rojo a naranja se atribuye generalmente a la presencia de óxidos de hierro, mientras que su translucidez es el resultado de la dispersión de la luz a través de su estructura microcristalina.

 El ágata negra es una piedra semipreciosa, una variedad de calcedonia que está formada por sílice amorfo en finas capas de diferentes colores. Se encuentra como ágata amígdala en las rocas eruptivas, meláfido.

El nombre de ágata proviene del río Achates, actualmente el río Dirillo, al sur de Sicilia, en Italia, donde se dice que se encontraron las primeras de estas piedras. El ágata negra no es un mineral específico, sino un conjunto de variedades microcristalinas de cuarzo.

 El ágata negra es una piedra semipreciosa, una variedad de calcedonia que está formada por sílice amorfo en finas capas de diferentes colores. Se encuentra como ágata amígdala en las rocas eruptivas, meláfido.

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En el corazón de esta constelación elegante, una piedra de Tsavorita brilla con una intensidad verde cautivadora. La Tsavorita, con su color vibrante y su belleza natural, simboliza el crecimiento y la vitalidad, añadiendo una energía refrescante a este collar estrellado.

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Diámetro interno aprox 5.5cm

Piecitas de aprox 8mm 

El granate verde es una variedad específica de granate que debe su color verde a la presencia de elementos como el vanadio, cromo o hierro en su composición química. Su fórmula química general es similar a la de otros granates, X3Y2(SiO4)3, donde X e Y representan diferentes cationes metálicos.

Desde el punto de vista cristalográfico, el granate verde cristaliza en el sistema cúbico. Presenta una estructura cristalina compleja, formada por tetraedros de sílice (SiO4) que están unidos por átomos de metal. Esta estructura le confiere al granate sus características físicas, como su dureza relativamente alta (6,5 a 7,5 en la escala de Mohs) y su brillo vítreo.

Las ágatas son minerales que sirven para asentar las energías y aportar equilibrio físico, emocional e intelectual a la persona. Ayudan a centrar y estabilizar la energía física.

Tienen el poder de armonizar el ying y el yang, fuerzas positivas y negativas, además de calmar y aliviar.

Facilita la aceptación de uno mismo fomentando la autoconfianza, ayuda a mejorar la concentración, la percepción y las habilidades analíticas de uno mismo.

Emocionalmente te ayuda a superar la negatividad y la amargura del corazón, sana la ira interna y fomenta el amor y el coraje.

Te eleva la conciencia y la vincula con la colectiva, anima a la contemplación y a la asimilación de las experiencias de la vida a nivel espiritual.

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Psicológicamente facilita la aceptación de uno mismo fomentando la autoconfianza, ayuda a mejorar la concentración, la percepción y las habilidades analíticas de uno mismo.

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