La malaquita es un mineral de carbonato básico de cobre con la fórmula química Cu2(CO3)(OH)2. Tiene un color verde característico y a menudo presenta bandas o patrones distintivos de color verde claro a verde oscuro. La malaquita es conocida por su brillo sedoso a vítreo y se forma en depósitos de oxidación de minerales de cobre.

Desde un punto de vista cristalográfico, la malaquita cristaliza en el sistema monoclínico y se presenta en cristales prismáticos o en masas fibrosas compactas. Es relativamente suave, con una dureza de aproximadamente 3.5 a 4 en la escala de Mohs.

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Desde un punto de vista cristalográfico, la malaquita cristaliza en el sistema monoclínico y se presenta en cristales prismáticos o en masas fibrosas compactas. Es relativamente suave, con una dureza de aproximadamente 3.5 a 4 en la escala de Mohs.

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Desde un punto de vista cristalográfico, la malaquita cristaliza en el sistema monoclínico y se presenta en cristales prismáticos o en masas fibrosas compactas. Es relativamente suave, con una dureza de aproximadamente 3.5 a 4 en la escala de Mohs.

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Desde un punto de vista cristalográfico, la malaquita cristaliza en el sistema monoclínico y se presenta en cristales prismáticos o en masas fibrosas compactas. Es relativamente suave, con una dureza de aproximadamente 3.5 a 4 en la escala de Mohs.

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Sumérgete en la esencia de la naturaleza con nuestros pendientes de plata 925, delicadamente moldeados en forma de árbol redondo y realzados con trozos de madreperla en la parte posterior. Cada par encarna la unión perfecta entre la plata esterlina de alta calidad y la esplendorosa naturalidad de la madreperla, creando joyas que evocan la belleza orgánica del bosque y la serenidad del océano.

Los árboles, símbolos de vida y conexión con la Tierra, cobran vida en cada detalle de estos pendientes. Los trozos de madreperla en la parte posterior añaden una pizca de gracia marina, con sus irisaciones suaves y sus reflejos brillantes.

Explora la elegancia atemporal con nuestros pendientes de plata 925, bellamente adornados con trozos de madreperla cuidadosamente seleccionados. Cada par encarna la delicada unión entre la plata esterlina de alta calidad y la esplendorosa naturalidad de la madreperla, creando joyas que cautivan con su refinada sencillez y su brillo delicado.

Los trozos de madreperla, con sus irisaciones suaves, añaden un toque de sofisticación y encanto a cada pendiente. La combinación armoniosa de la plata 925 y la madreperla crea una simbiosis perfecta entre la elegancia moderna y la belleza orgánica.

La Malaquita es conocida por su intenso color verde y sus hermosas vetas, lo que la convierte en una elección perfecta para joyería única y llamativa. Las piezas que tenemos aquí proviene de la República del Congo, África.

La madre perla blanca es un material orgánico exquisito que se forma en el interior de las conchas de ciertos moluscos, como las ostras y los mejillones. Conocida por su belleza natural y su brillo iridiscente, la madre perla blanca ha cautivado a lo largo de la historia a artistas y artesanos por su apariencia elegante y su capacidad para reflejar la luz de manera única.

Este material se caracteriza por su tono blanco radiante, que a menudo se ve adornado con sutiles tonalidades de rosa, dorado o azul. Su superficie lisa y brillante, combinada con su efecto óptico iridiscente, crea un efecto visual fascinante que le confiere un aspecto único y lujoso.

Su atractivo estético y su historia rica la convierten en un material altamente valorado y apreciado en todo el mundo.

La malaquita tiene un inmenso poder de protección. Es utilizada para eliminar las emociones tóxicas y las energías no deseadas. Brinda coraje, sabiduría y la capacidad de detectar y decir no a todo tipo de chantaje emocional. Es una piedra que otorga fuerza interior y confianza.  Incrementa la capacidad de aceptar cambios. También se le conoce como la Piedra de la Transformacion. Brinda dosis diaria de coraje, invita a salir de  la zona de confort y sirve como un recordatorio  de que, para avanzar en la vida, es posible que se debe dejar atrás algunas cosas. Lo hace sin dejar de lado la empatía o perder el equilibrio, pero de alguna manera nos puede ayudar a mantenernos centrados, tranquilos y capaces de abordar decisiones emocionales con gracia.

El nácar, también llamado madreperla, es una sustancia orgánico-inorgánica, ya consolidada, dura, blanca, brillante y con reflejos irisados o iridiscentes.

Forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, razón por la que diversas de estas especies lo segregan de manera considerable para reparar sus caparazones dañados o encapsular objetos extraños dentro del organismo, mecanismo que es utilizado por los recolectores de perlas.