La aguamarina es una piedra preciosa de color azul claro o verde azulado que pertenece a la familia de los berilos. Su nombre proviene del latín "aqua marina", que significa "agua de mar", debido a su tonalidad que recuerda al color del mar. Es una de las piedras más populares en la joyería debido a su belleza y su asociación con la tranquilidad y la serenidad.

La aguamarina se forma en depósitos de granito pegmatita y se encuentra en diferentes partes del mundo, especialmente en Brasil, Colombia, Madagascar y Zambia. Su color característico se debe a la presencia de impurezas de hierro en su estructura cristalina.

La morganita es una variedad de berilo, que es un mineral de la familia de los silicatos. La esmeralda, la aguamarina, el heliodoro, entre otros minerales forman también parte de la familia de los berilos.

La coloración de la morganita se debe a la presencia de trazas de manganeso en su estructura cristalina. Al igual que otras variedades de berilo, como el esmeralda (verde) y el aquamarina (azul), la morganita es conocida por su claridad y brillo.

 El ágata negra es una piedra semipreciosa, una variedad de calcedonia que está formada por sílice amorfo en finas capas de diferentes colores. Se encuentra como ágata amígdala en las rocas eruptivas, meláfido.

El nombre de ágata proviene del río Achates, actualmente el río Dirillo, al sur de Sicilia, en Italia, donde se dice que se encontraron las primeras de estas piedras. El ágata negra no es un mineral específico, sino un conjunto de variedades microcristalinas de cuarzo.

El zafiro es una piedra preciosa que pertenece a la especie mineral corindón, con una composición química de óxido de aluminio (Al2O3). Tiene una estructura cristalina caracterizada por una disposición hexagonal en su red, lo que resulta en su excelente dureza y durabilidad. Es una piedra perfecta para anillos de larga vida, como para un compromiso.

La selenita es considerada una piedra de paz, serenidad, pureza y espiritualidad. Tiene altas vibraciones y una profunda energía curativa. No solo suaviza el alma, sino que también se cree que ayuda a conectar con guías espirituales.

Limpieza: La selenita es muy frágil y no debe ser expuesta al agua. Para limpiarla físicamente puede usarse un pañito suave seco. Energéticamente, la selenita se limpia a si misma y otros cristales que estén cerca, sin embargo, es buena idea limpiarla de vez en cuando. Se puede poner a la luz del sol y la luna, sólo no dejarla por tiempo prolongado o se puede colocar cerca de otras piedras de limpieza como cuarzo blanco.

El nácar, también llamado madreperla, es una sustancia orgánico-inorgánica, ya consolidada, dura, blanca, brillante y con reflejos irisados o iridiscentes.

Forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, razón por la que diversas de estas especies lo segregan de manera considerable para reparar sus caparazones dañados o encapsular objetos extraños dentro del organismo, mecanismo que es utilizado por los recolectores de perlas.