Un estudio de 2015 realizado por la Universidad de Tecnología de Tampere indica que la shungita puede bloquear parte de los campos electromagnéticos (CEM) emitidos por dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras y microondas. 

ADVERTENCIA: 

En un estudio de la Universidad estatal St. Petersburg en Rusia, dice que la interacción de la shungita terrestre con el agua produce una solución con concentraciones bastante altas de varios microelementos, incluidos metales pesados. Así que NO recomendamos usarla en el agua.

Un estudio de 2015 realizado por la Universidad de Tecnología de Tampere indica que la shungita puede bloquear parte de los campos electromagnéticos (CEM) emitidos por dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras y microondas. 

ADVERTENCIA: 

En un estudio de la Universidad estatal St. Petersburg en Rusia, dice que la interacción de la shungita terrestre con el agua produce una solución con concentraciones bastante altas de varios microelementos, incluidos metales pesados. Así que no recomendamos usarla en agua.

Un estudio de 2015 realizado por la Universidad de Tecnología de Tampere indica que la shungita puede bloquear parte de los campos electromagnéticos (CEM) emitidos por dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras y microondas. 

ADVERTENCIA: 

En un estudio de la Universidad estatal St. Petersburg en Rusia, dice que la interacción de la shungita terrestre con el agua produce una solución con concentraciones bastante altas de varios microelementos, incluidos metales pesados. Así que no recomendamos usarla en agua.

Un estudio de 2015 realizado por la Universidad de Tecnología de Tampere indica que la shungita puede bloquear parte de los campos electromagnéticos (CEM) emitidos por dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras y microondas. 

ADVERTENCIA: 

En un estudio de la Universidad estatal St. Petersburg en Rusia, dice que la interacción de la shungita terrestre con el agua produce una solución con concentraciones bastante altas de varios microelementos, incluidos metales pesados.  Así que no recomendamos usarla en agua.

El ámbar del Báltico es una resina fósil producida por los árboles coníferos de la región del Báltico hace millones de años. Este proceso de fosilización implica la polimerización y maduración de la resina con el tiempo, bajo la presión geológica y el calor. El ámbar se distingue por su composición química, principalmente compuesta por compuestos orgánicos como terpenos e hidrocarburos.

Físicamente, el ámbar báltico es generalmente translúcido a opaco, con una gama de colores que van desde el amarillo claro hasta el marrón oscuro, a veces con tonos rojos o verdes. Su claridad y color están influenciados por varios factores, incluyendo inclusiones orgánicas, impurezas minerales y el grado de fosilización.

El Shiva lingam, también conocido como huevo del Tíbet, lingam sagrado o falo de Shiva, es el nombre que se le da a las piedras sagrada. Se trata de un jaspe de origen hindú. Es posible encontrarlo en la orilla del Río Narmada, uno de los siete lugares sagrados de la India, durante la luna llena, más específicamente en la época de los monzones.

Según la sabiduría védica, los shiva lingam se crearon hace millones de años, cuando un meteorito chocó contra la tierra justo en el lugar donde se encuentra el río. Fueron entonces las altas temperaturas provocadas por el choque las que dieron origen a la piedra al mezclar las partículas del meteorito con las rocas de la zona.

El ágata es una variedad de calcedonia, que a su vez es una forma de dióxido de silicio (SiO2), el principal constituyente del cuarzo. Este mineral se forma en cavidades rocosas, especialmente en rocas volcánicas, por precipitación a partir de soluciones ricas en sílice. El ágata se caracteriza por su estructura en bandas concéntricas o en capas paralelas, conocidas como ágatas concéntricas o ágatas ónix, respectivamente. Estas bandas se forman cuando la sílice se deposita lentamente en la cavidad, a menudo en reacción con soluciones hidrotermales ricas en minerales.

El cuarzo hematoide, también conocido cuarzo con inclusiones de hematita o Fire quartz, es una variedad de cuarzo que presenta inclusiones de hematita, un mineral compuesto principalmente por óxido de hierro. Estas inclusiones le dan al cuarzo hematoide su característico color rojo a rojo-marrón.

Desde un punto de vista científico, el cuarzo hematoide se considera una variedad de cuarzo cristalino, que es una forma de dióxido de silicio (SiO2). Cuando la hematita está incluida en el cuarzo, puede aparecer en forma de pequeñas agujas o cristales dispersos dentro de la matriz de cuarzo.

La cornalina es una variedad de calcedonia, una forma de cuarzo, que se distingue por su color rojo a naranja translúcido u opaco. La cornalina ha sido apreciada desde la antigüedad por su belleza, dureza y propiedades esotéricas.

Mineralógicamente, la cornalina está compuesta principalmente por dióxido de silicio (SiO2) con trazas de óxidos metálicos que le dan su característico tono. Su color rojo a naranja se atribuye generalmente a la presencia de óxidos de hierro, mientras que su translucidez es el resultado de la dispersión de la luz a través de su estructura microcristalina.

La labradorita es un feldespato de la familia de los silicatos, reconocida por su espectacular juego de colores iridiscentes. Químicamente, pertenece al grupo de los plagioclasas, con una composición principalmente de aluminio, silicio y calcio, y a menudo contiene trazas de sodio y potasio.

Su disposición molecular es responsable de su capacidad para refractar y dispersar la luz en una variedad de colores deslumbrantes cuando es expuesta a la luz adecuada.

El jaspe policromo es una variedad de jaspe que exhibe una amplia gama de colores en su composición. Esta piedra preciosa se caracteriza por sus distintivos patrones y bandas de colores vibrantes, que van desde tonos rojos y amarillos hasta verdes, azules y violetas. Estos colores son el resultado de la presencia de diversos minerales y óxidos en su estructura, como óxidos de hierro, óxidos de manganeso, arcillas y otros materiales. 

La fluorita, también conocida como fluorina, es un mineral compuesto principalmente por calcio y flúor (CaF2), con trazas de otros elementos como hierro, estroncio y bario que pueden influir en su coloración. La fluorita cristaliza en el sistema cúbico, formando a menudo cristales cúbicos, octaédricos o romboédricos, pero también puede presentarse en forma masiva, granular o botryoidal.

El color de la fluorita varía considerablemente, desde violeta, verde, azul, amarillo, rosa, blanco e incluso negro. Esta variación de color se debe a la presencia de impurezas en la estructura cristalina. Por ejemplo, la presencia de iones de tierras raras como el cerio o el itrio puede producir tonos violetas o azules..

La esmeralda es una variedad preciosa de berilo, un mineral compuesto principalmente de silicato de aluminio y berilio. Su característico color verde se debe a la presencia de pequeñas cantidades de óxidos de cromo y a veces vanadio en su estructura cristalina. El tono de la esmeralda puede variar desde verde claro hasta verde profundo, dependiendo de la cantidad y distribución de estas impurezas.

El peridoto es un olivino con calidad de gema; tiene una gran cantidad de magnesio en su estructura y posee un brillo vítreo. Es una de las gemas "idiocromáticas", es decir que su color viene de la composición química básica del mismo mineral, no de impurezas menores, y por lo tanto se encuentra solo en tonos verdes. El peridoto es una de las pocas piedras preciosas encontradas en un solo color. Son comúnmente confundidos con las esmeraldas pese a poseer un tono más amarillento.

El ónix es una variedad de ágata de color oscuro, con tono en este caso verde. Está compuesto por sílice y tiene origen volcánico. El ónix se forma en deposiciones de sílice a bajas temperaturas, al filtrarse agua rica en sílice por las grietas de otras rocas. El color de este ónix se parece mucho al verde de una esmeralda de alta calidad.

El Hemipristis serra es un tiburón fósil que habitó durante el Paleoceno y el Eoceno, caracterizado por sus dientes distintivos en forma de media luna. Estos fósiles son importantes para la paleontología, ya que proporcionan información sobre la evolución y la ecología de los tiburones a lo largo del tiempo geológico. Su presencia en depósitos fósiles específicos ayuda a reconstruir antiguos ambientes marinos y entender la biodiversidad pasada.

La amonita Cleoniceras besaiei de Madagascar es una especie de fósil de cefalópodo que pertenecía a la familia de los Hoplitidae y fue reclasificado en la familia de los Parahoplitidae en 2009. Este molusco prehistórico vivía en los mares poco profundos de la época del Cretácico. Este cefalópodo tenía una concha en forma de espiral con cámaras internas, que le permitían controlar su flotabilidad y moverse en el agua. Eran animales marinos y se desplazaban por el agua usando sus tentáculos para nadar.

La amonita Cleoniceras besaiei de Madagascar es una especie de fósil de cefalópodo que pertenecía a la familia de los Hoplitidae y fue reclasificado en la familia de los Parahoplitidae en 2009. Este molusco prehistórico vivía en los mares poco profundos de la época del Cretácico. Este cefalópodo tenía una concha en forma de espiral con cámaras internas, que le permitían controlar su flotabilidad y moverse en el agua. Eran animales marinos y se desplazaban por el agua usando sus tentáculos para nadar.

La amonita Cleoniceras besaiei de Madagascar es una especie de fósil de cefalópodo que pertenecía a la familia de los Hoplitidae y fue reclasificado en la familia de los Parahoplitidae en 2009. Este molusco prehistórico vivía en los mares poco profundos de la época del Cretácico. Este cefalópodo tenía una concha en forma de espiral con cámaras internas, que le permitían controlar su flotabilidad y moverse en el agua. Eran animales marinos y se desplazaban por el agua usando sus tentáculos para nadar.

La amonita Cleoniceras besaiei de Madagascar es una especie de fósil de cefalópodo que pertenecía a la familia de los Hoplitidae y fue reclasificado en la familia de los Parahoplitidae en 2009. Este molusco prehistórico vivía en los mares poco profundos de la época del Cretácico. Este cefalópodo tenía una concha en forma de espiral con cámaras internas, que le permitían controlar su flotabilidad y moverse en el agua. Eran animales marinos y se desplazaban por el agua usando sus tentáculos para nadar.